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Uno de los proyectos en curso más importantes que está desarrollando Ayesa es la Ciudad de la Justicia de Alicante.
Se enmarca esta obra entre las nuevas infraestructuras judiciales que están siendo tendencia en el siglo XXI. Funcionalmente tienen todo el sentido del mundo, dado que gracias a sus dimensiones, permiten agrupar diferentes sedes judiciales en un mismo espacio.
Esto ayuda a agilizar todos los servicios que se ofrecen a los ciudadanos relacionados con el ámbito judicial. Además, mejora la logística interna y acelera cualquier proceso entre departamentos.
Pero a pesar de sus ventajas, el diseño de Ciudad de la Justicia es también un importante reto arquitectónico, ya que hay que fusionar el objetivo de construir edificios modernos y estéticamente atractivos, con la necesidad de que encajen bien en el entorno urbano donde van a ser edificados.
La Ciudad de la Justicia de Alicante mantiene estos fines. En la base del proyecto se plantea la construcción manteniendo una estética moderna, vanguardista y funcional, con perfecta integración en la zona, para convertirse en todo un icono de la ciudad.
Características generales del proyecto de Ayesa
El proyecto que Ayesa está desarrollando tiene nombre propio: Rafael Altamira, en honor al popular jurista. Se ubicará en el barrio alicantino de Benalúa y está previsto que agrupe hasta diez sedes judiciales que en la actualidad están dispersas por la capital. La Jurisdicción Civil, la Penal, la Fiscalía, el Centro de Mediación o el Instituto de Medicina Legal, entre otros, conformarán un completo conjunto de servicios para todos los ciudadanos en un mismo espacio.
La compañía se ha encargado de toda la ingeniería, mediante la que ha planteado el diseño integral del complejo. También es la firma responsable de la dirección de obra.
El edificio principal de la Ciudad de la Justicia de Alicante va a ocupar hasta 46.000 metros cuadrados. Contará con una distribución que incluye planta baja, semisótano, dos sótanos y siete plantas más ático.
Para facilitar el desarrollo del trabajo de los profesionales y poder brindar un mejor servicio a los usuarios, se han planteado las áreas con presencia de público en las primeras plantas del inmueble. Sin embargo, las plantas superiores estarán destinadas sobre todo a juzgados y a usos administrativos que utilizarán diariamente los profesionales de la Administración de la Justicia.
Entre los aportes de eficiencia energética y sostenibilidad, este edificio también va a aprovechar una instalación fotovoltaica, con la que conseguirá que buena parte de la energía que se consuma tenga origen solar y, por tanto, proceda de energías renovables.
Otra metodología dentro de este ámbito que se ha previsto se basa en la instalación de fachadas de celosías de cerámica blanca. Esta solución permite filtrar la entrada de luz natural, gracias a las notables prestaciones térmicas de este material. Además, su producción es tradicional en esta zona del Levante.
También se implementarán sistemas inteligentes para el control del consumo energético y de la climatización. Todo ello reforzará la sostenibilidad en la Ciudad de la Justicia de Alicante y también permitirá reducir todo lo posible el consumo energético.
Otros elementos asociados al proyecto de Ayesa incluyen accesibilidad total para personas con diversidad funcional, zonas verdes y aperturas al exterior que faciliten su inserción urbanística y el acceso a todo el mundo.
Para conseguirlo, el planteamiento del diseño propone una gran plaza central, a cuyo alrededor se articulan las diferentes dependencias y accesos. Todo ello en base a una propuesta estética con materiales innovadores.
El planteamiento de varios patios perimetrales se enfoca en suavizar el impacto volumétrico del edificio. Además, ayuda a articular las terrazas exteriores, que serán utilizadas como salas de espera de público.
A su alrededor, las fachadas transparentes contarán con muros-cortina que facilitan la entrada de luz natural tanto a los despachos como a otras dependencias administrativas en las plantas superiores.
Su contraste con la envolvente cerámica blanca servirá para conseguir una mayor integración del edificio en los estilos arquitectónicos de la zona e incluso en la propia cultura alicantina. Además, la cerámica aporta una apariencia neutra y al mismo tiempo vibrante, acompañada de celosías en algunos puntos concretos del complejo.
También se han añadido materiales cálidos como, por ejemplo, pavimento de piedra caliza en la plaza central, un patio interior que estará totalmente acristalado, parterres, zonas verdes, lucernarios y otros acabados y colores que no suelen estar presentes en proyectos de edificios judiciales tradicionales.
Está previsto que la Ciudad de la Justicia de Alicante esté plenamente operativa en 2026. En la actualidad ya se están avanzando las obras en el impresionante espacio que ofrece el solar de 46.000 metros cuadrados.
Cifras del proyecto
El proyecto de Ayesa en la Ciudad de la Justicia de Alicante presenta unas cifras impresionantes, que no dejan duda alguna sobre la importancia que va a tener esta infraestructura, tanto para sus servicios a la ciudadanía, como también en lo que respecta a la mejora estética y arquitectónica de la capital.
Estas son algunas de las cifras del proyecto más interesantes:
- La superficie construida va a alcanzar los 46.857 metros cuadrados.
- Se suman espacios exteriores de uso público, que ocuparán 3.585 metros cuadrados.
- Un total de 5.500 metros cuadrados serán de fachadas de cerámica.
- Además de 8.000 metros cuadrados de fachadas de vidrio.
- La Ciudad de la Justicia de Alicante contará con un total de 58 juzgados.
- También dispondrá de 25 salas de vistas.
Ayesa y la metodología BIM en la Ciudad de la Justicia de Alicante
Uno de los valores adicionales que Ayesa aporta a muchos de sus proyectos es la implementación tanto de tecnología BIM como de realidad virtual, no solo en lo que se refiere a edificación, sino también en cuanto a infraestructuras.
Es más, en el proyecto de la Ciudad de la Justicia de Alicante este servicio no estaba incluido en las exigencias del pliego, pero gracias a que la empresa decidió aprovecharlo, se pudo visualizar el edificio tanto en fases iniciales como en revisiones periódicas.
De hecho, desde Ayesa confirman haber sido de los primeros en adoptar la tecnología BIM para modelar diseños con parámetros de funcionalidad. Poco a poco esta innovación ha demostrado su utilidad y ya está presente de forma habitual en muchos proyectos del grupo.
La tecnología BIM (Building Information Modeling) consiste en una metodología de trabajo colaborativa que, entre sus muchas ventajas, permite optimizar la coordinación entre disciplinas y reduce la probabilidad de errores durante la construcción. Además, ayuda también a monitorizar el mantenimiento de la edificación a lo largo del tiempo.
A nivel práctico, la vida de un edificio se divide en tres fases clave: diseño, construcción y operación. El uso de tecnología BIM es útil en todas ellas, aunque de forma más evidente en las dos primeras.
En la fase de diseño la implementación de BIM se hace desde muy temprano por parte de Ayesa. Gracias a ello es posible hacerse una idea de los volúmenes, espacios y sus respectivas comunicaciones, entre mucha más información.
El desarrollo de esta maqueta de trabajo termina convirtiéndose en una herramienta imprescindible para tomar decisiones a nivel interno y externo, sobre todo si se aprovechan visualizadores desarrollados directamente desde Ayesa. Al final se obtiene un modelo totalmente definido y apto para su construcción.
En la fase de obra los modelos BIM se convierten en una fuente de información de gran utilidad, sobre todo por la ayuda que aportan con respecto a cualquier consulta necesaria.
Gracias al aprovechamiento de BIM en proyectos como la Ciudad de la Justicia de Alicante se obtienen beneficios como mejoras en la planificación de la obra, optimización de los procesos de prefabricación o suministro de elementos, mejoras también en cuanto a seguridad y análisis del impacto medioambiental.
Por último, en la fase de mantenimiento el uso de tecnología BIM aporta ventajas, sobre todo, a los propios usuarios. Con ella es posible tener un registro digital preciso del edificio con el que optimizar su gestión.
La monitorización de un edificio con esta herramienta reduce los costes en mantenimiento, permite prever futuras intervenciones y mejorar el rendimiento de sus activos. Por tanto, es un aliado recomendable para cualquier infraestructura cuya gestión quiera mejorarse todo lo posible.
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