Contents
Kreston Iberaudit es una de las principales firmas de auditoría y consultoría en España, por lo que Mercè Martí Queralt, su presidenta ejecutiva, es una voz autorizada para analizar los desafíos a los que se enfrenta el sector en nuestro país en el futuro más próximo.
La brecha de talento
La digitalización ha obligado a numerosas empresas a aplicar una transformación digital que implica el conocimiento tecnológico con el que no siempre cuentan los profesionales más veteranos.
En el sector auditor, el uso de la tecnología ha hecho patente una brecha de talento que supone un importante reto de cara al futuro a corto plazo: ¿cómo atraer a las nuevas generaciones?
Por lo general, son los nuevos talentos quienes mejor se manejan con la tecnología y con los nuevos avances en este sentido. Por eso, Mercè Martí Queralt opina que uno de los principales desafíos del sector es atraer a los profesionales más cualificados en este aspecto.
Esas competencias profesionales en las que cojean los veteranos deben ser compensadas por los jóvenes, pero no siempre es fácil atraerlos hacia el sector auditor. Encontrar la manera de hacerlo atractivo para las nuevas generaciones es de vital importancia para el futuro de la profesión.
Por tanto, este es un doble reto: atraer talento y adaptarse a las innovaciones tecnológicas, ya que los departamentos auditores no siempre están preparados para áreas como la ciberseguridad, el Big Data, la robótica, la analítica avanzada y otras habilidades no tradicionales en el mundo de la auditoría.
Adaptación a los cambios normativos
Mercè Martí Queralt también se refiere a los cambios normativos que han tenido que afrontar las compañías auditoras en España en los últimos años. Las exigencias son mayores para poder adaptarse a la legislación europea y eso supone para los auditores tener que reforzar la confianza de los mercados en su labor.
El desafío es que las auditorías ofrezcan una información financiera fiable y transparente para obtener la máxima credibilidad en los mercados.
Esto conlleva una adaptación a la nueva realidad, por lo que hay que volver a señalar el reto tecnológico que lleva aparejado el cambio de normativa, ya que ahora se exigen archivos electrónicos, lo que implica también la necesidad de desarrollar sistemas informáticos eficaces y seguros.
Las auditorías no pueden centrarse únicamente en la contabilidad, sino que también debe existir un adecuado control interno para detectar posibles fraudes o errores en las empresas. Y, aunque eso exige la implicación de las propias organizaciones auditadas, también es responsabilidad del auditor garantizar la calidad e integridad de sus informes.
Influencia de los cambios sociolaborales
En relación con lo anterior, otro desafío que se plantea para el sector de la auditoría en España, según Mercè Martí Queralt, es afrontar los cambios sociolaborales que también se han producido en los últimos años.
Además de la adaptación a la realidad tecnológica, económica y normativa, en las empresas también han cambiado los paradigmas.
Para la realización de una auditoría ya no es necesaria la presencia física del cliente, por lo que es más precisa que nunca la transparencia.
Pero la propia ‘nueva realidad’ de las empresas también tiene influencia en los retos que el sector auditor tiene que afrontar. La expansión del trabajo en remoto ha supuesto importantes cambios para las organizaciones. Por un lado, han sido necesarias nuevas inversiones en recursos y se han implantado nuevos sistemas de trabajo en la nube. Y, por otro, esta nueva organización empresarial derivada del teletrabajo también supone la valoración de riesgos derivados de la ciberseguridad.
Todo esto ha de tenerse muy en cuenta a la hora de realizar una auditoría en cualquier empresa en la actualidad, ya que es necesario buscar la rentabilidad y la viabilidad de los negocios (sostenibilidad) sin dejar de lado las nuevas necesidades del mundo empresarial.
En definitiva, los retos de la auditoría en España tienen a la tecnología en el centro. Esa transformación afecta a las empresas auditoras tanto interna como externamente, dando lugar a nuevos desafíos de futuro que no se pueden dejar pasar, puesto que los cambios se producen tan rápidamente que ya no son preocupaciones del futuro sino del presente inmediato.