La adquisición del operador Ono en España por parte de la multinacional Vodafone, materializada en julio de 2014 tras la aprobación de la compra por parte de la Comisión Europea, está comenzando a presentar efectos visibles a nivel de cliente.
Es preciso recordar que, a través de esta integración valorada en 7.200 millones de euros, Vodafone ha pasado a gestionar la infraestructura de Ono en el territorio estatal, cifrada en alrededor de 7 millones de hogares, además de los casi 2 millones de clientes de cable.
Estas cifras han convertido a la multinacional británica en el segundo operador de banda ancha fija en España, únicamente superado por Telefónica, alcanzando los 2,6 millones de clientes y una cuota de mercado aproximada del 21%, mientras que en el caso de la red de fibra óptica de alta velocidad dirigida a los hogares posibilita la obtención de un 57% de la cuota de mercado.
Asimismo, Vodafone ha pasado a contar con el servicio de televisión Tivo de Ono, lo que representa una ampliación considerable de su cartera de servicios ya que, hasta la fecha, no contaba con una plataforma propia de entretenimiento.
Como hemos comentado, el impacto real de esta operación se está comenzando a percibir en el segmento de clientes de ambas compañías, principalmente mediante la oferta de descuentos a los usuarios de Ono como incentivo para la contratación de los servicios comercializados por Vodafone, que será completada esta semana con la primera oferta integrada convergente conjunta de ambas compañías basada en la unión de su capacidad comercial tanto en banda ancha para operadores móviles como en fibra óptica.
A falta de los detalles que se concretarán en una próxima comunicación de la compañía, los clientes de Ono y Vodafone podrán disfrutar de conexiones domésticas de fibra óptica que se prevé que puedan alcanzar hasta 500 Mb de velocidad, a lo que se une la red 4G+ de Vodafone, puntera en cuanto a la rapidez de transmisión de datos en navegación a través de dispositivos móviles.