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Las empresas han tenido su origen, en muchos casos, en locos que han apostado por su idea y han intentado vivir de ella. El emprendimiento por tanto es muy importante, porque es el germen de nuestra propia economía y en muchos casos es el que da lugar a la industria o al comercio. De ahí, que en muchos casos se suela tener en mente la importancia de que el emprendimiento se debe apoyar, sobre todo desde instituciones públicas. Pero ¿cómo?
Programas que potencien las capacidades emprendedoras
En muchos casos, cuando se piensa en cuál sería la mejor manera de apoyar el emprendimiento, pensamos directamente en el dinero, en el apoyo a través de subvenciones. Pero lo cierto es que primero debe existir una “cultura emprendedora” para entonces contar con jóvenes que quieran emprender. De ahí que se necesiten programas educativos que potencien las capacidades emprendedoras.
Acabar con la diferencia de género
En el ámbito del emprendimiento también se debe apostar por la igualdad. A día de hoy, las estadísticas muestran que existe una mayoría de emprendedores hombre más grande que de mujeres, por eso también se deben intentar desarrollar estrategias en las cuales las mujeres perciban como posible el ser emprendedoras y creer en sus propias ideas. Esto se podría conseguir a través de incubadoras de proyectos femeninos por ejemplo.
Facilitar las condiciones institucionales
De nuevo no hablamos de dinero, aunque puede ser una condición institucional no es la única. Los préstamos por parte del sector privado en muchas ocasiones son fáciles de conseguir, sin embargo todo el entramado burocrático puede ser un auténtico reto para aquellos que quieren apostar por su negocio. Desde una perspectiva social, tanto en el ámbito educativo, como en el laboral estas cuestiones deberían ser más sencillas y asequibles.